domingo, 11 de enero de 2009

Libro de ISIS ( 23 )

L I B R O D E I S I S


KONS DE KARNAK Y LUXOR


SEÑOR DE TEBAS

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Vigésimo Tercer GONG

Zedfank

Duras, tensas, innumerables, aferradas a las curvas rígidas, las cuerdas del arpa vibraban…

En el centro de una nube nacarada de sonidos : verdes, lívidos, violetas, dorados… Un aura sonora, brillante, luminoso… deshaciéndose en hilos, en fibras imponderables, rotas… Plácido y leve el viento las ondula, las agita las rompe… infundiéndoles una vida misteriosa, propia, libre.

En el sutil tejido polícromo del aire, vagas formas se arrastran; se yerguen un instante en un esfuerzo trágico, y caen, blandamente, como un sollozo de lágrimas azules, púrpura, pardas, , sombrías… sobre la yerba negra.

Aparte, una translúcida mariposa alza el vuelo zigzagueante, indeciso, y se oculta en un enjambre de burbujas encendidas; y, de arriba, una gasa ondulante, blanca, desciende, limpiando un polígono exacto de firmamento estrellado. Pero un chorro de roja sangre empapada de flores amarillas surge diagonal, abierto, aterido, engarfiando sus mil dedos como un muerto sauce derribado por un huracán escarlata.

Vibran las cuerdas del arpa en el centro radiante de una nube nacarada; emitiendo volutas de humo denso vagamente verde, encarnado, celeste…

A través de las cuerdas surge la blanca figura de Zedfank, el moreno Cantor de los Dioses. Sus brazos elevados ordenan sumisión a las formas del aire; y hay una lluvia de átomos vibrantes, diamantinos, que incrustan invisible en el suelo negro su alba nevada.

Zedfank avanza, acariciado por la bruma irisada, sinuosa, invitadora, que mansamente se derrumba a sus pies.

Y Zedfank canta : A su imperio surge un bosque de flores exóticas, de inmaculados pétalos, que es barrido hasta desaparecer por la arena del desierto, hosco, ardiente, vacío. A lo lejos se oye el galopar desenfrenado de caballos imposibles persiguiendo el rugido del león que codicia su presa entre las dunas. A un gesto, el paisaje se torna encrespado bramido del mar que asciende… sobre un mundo plácido, verdeante, crepuscular… habitado por seres lentos, majestuosos, poseedores de la elegancia del rayo. Un bosque de algas…de caracolas… de canto inaudible de sirenas… un mundo taladrado por sonidos instantáneos , burbujeantes; por gritos breves operativos.

Zedfank canta la fuerza y el Amor. Las palmeras del sagrado Nilo, la barca dorada… Zedfank canta las piedras vetustas; la mirada ignorada que sueña y espera: la caricia gélida y piadosa de la muerte; el acerado brillo del Deseo.

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“¿¡Quién martillea ese tambor, quién!?

“¿¡Quién da ese golpe rítmico, incansablemente repetido, quién!?

“¿¡Quién produce ese sonido terrible!; enloquecedor1; alucinante!

“¿¡¡¡QUIÉN!!!!?

-----¿Quién va a ser, Viviente, sino tu propio corazón?

“¿¡Es mi corazón quien taladra la Noche!?

“¿¡Es mi corazón quien llena el mundo de ritmo!?

“¿¡Es mi corazón la llamada grave, el retumbar lejano!?

el trueno de ecos lejanos…

-----No, caminante, son tus pasos…

“¿Mis pasos?... ¿¡eran sólo mis pasos!?... limpios como una lluvia de suspiros…

“¿Mis pasos?... ¿¡eran sólo mis pasos!?... tenues como el rumor de muchas hojas…

“¿Mis pasos?... ¿¡eran sólo mis pasos!?... firmes como la marcha gloriosa

“del ejército invencible…

-----Tus pasos, Hermano,… y el avanzar innumerable de los Dioses.

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-----Ahora comprendo porqué todo camino es musical; porqué es musical el marchar múltiple; porque

la Música es… mi Comunión con Vuestra Marcha.

-----Como todas las cosas, la Música es bella cuando es verdadera, cuando Tú conoces quiénes son los que caminan en la Melodía, en Tu Melodía. No es tu cerebro quien los conoce, sino tu sangre; tu sangre, que reconoce siempre a la sangre hermana.

Para tu cerebro toda música… “sonidos”: está ciego y la oye pero no la ve. En cambio, tu sangre SIENTE la otra sangre; la ve, la oye, la tacta… y se estremece de gozo, o de dolor. Porque la sangre es, a su vez, ciega para las formas, la figura, el color o la raza.

Este es el secreto de la música. Ella es la Gran Comunión de los seres que ascienden; Ella , la que hace más ligera la subida.

------¿¡No oyes ese himno, no lo oyes!? ¿¡No entiendes sus palabras, agudas como puñales; no las oyes!? ¡Calla!... ¡escucha!... ¡escucha!....

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“¡Contagiad, oh Dioses, vuestra Música a todos los mundos!

“¡Que todos se sientan unidos en la misma cadena;

“¡que todos participen en la Danza!

“¡Cantad, oh Dioses, una melodía completa,

“una melodía infinita que a nadie olvide,

“que pueda ser cantada por todos!

“Invitad a los astros; invitad a los seres más puros

“y a los seres más inmundos:

“invitad a la más terrible potencia y al más despreciable gusano!

“¡No excluyáis a nadie, pues una sola ausencia

“quebraría nuestra melodía

“y haría imposible nuestra música! ¡Oh, Dioses,

“por el Amor de Isis no excluyáis a nadie de vuestro canto,

“o todo se habrá perdido!

“Si omitís una voz, una sola voz, por pequeña que sea,

“será sustituida por el cataclismo absoluto,

“por el alarido del Gran Todo.

“Pues omitir algo, es omitir a Isis.

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-----Sí…, ya lo has oído, pero no es que Vosotros podáis omitir : es que, si intentáis hacerlo, o lo hacéis por inadvertencia , no seréis Dioses; y estaréis estorbando el camino… Ay de aquel que se detiene a las puertas de la Divinidad : será pisoteado y arrastrado al abismo, con su divinidad en ciernes. Volverá a subir, por el camino de los Reinos, pero… ¡CONOCIENDO!

-----Y cuán terrible es conocer más allá de nuestra evolución, cuán terrible… Todos los grandes conocedores, los grandes sufridores, todos los grandes videntes, todos… ¡han caído!

-----Porque olvidaron que el Canto Universal lo engloba TODO. Cayeron al abismo porque dejaron tras de sí un abismo de olvido : el de los seres omitidos. Cayeron porque olvidaron que no habían salido de él, como nadie saldrá de él jamás. Olvidaron que tenían raíces infinitas… y sus propias raíces les hicieron caer.

Llenad ese abismo con vuestra Música, Hermanos. Vuestro pobre cerebro no puede recordarlos a todos, pero, ¡vuestra sangre, sí! Ella corrió por las venas de los monstruos de la Primera Edad; y circuló en los vasos de los helechos, y en la lava ardiente de los volcanes; ella estalló en todos los cataclismos, e hirvió pulverizada en todos los barrancos ignorados; las grietas, las oquedades… Ella estuvo en todas las fauces y formó parte de todos los barros; ella bañó el corazón de todas las rocas, cuando las rocas eran todavía luz…

¡Vuestra misma sangre; la que tiñe de rojo vuestras heridas!

Aprende a oir, Hermano, la Música de Tu sangre; aprende a escuchar en ella el retumbar de las viejas tormentas. Sumérgete en tu danza ancestral, si quieres que tu cuerpo Te ame, reconociéndote como uno de los suyos. ¡Oye bien esto! : No podrás ser un dios si eres un extraño para tu cuerpo. Él ha de saberte SU REY, no su parásito. Su Esperanza, su Mesías, su hijo del Hombre, su DIOS RECIENNACIDO, su Renacimiento.

Su Horus…

Y tu cuerpo Te adorará . Cada una de tus células luchará por Ti como guerrero fiel; hasta el sacrificio, hasta su muerte; y morirá invocando tu Nombre.

Tu eres su Hijo y su Señor; Tú las llevarás una a una, o por cientos de miles, al sacrificio de tu Gloria: Y su grito final de dolor las transmutará en energía consciente, que volará a fundirse en Ti.

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Tensas, duras, innumerables, vibran las cuerdas del Arpa en el centro radiante de una nube nacarada…

Ondas luminosas, perfumadas, sonoras, enervantes, deseables, cálidas…

Ondas plácidas, veloces, cristalinas, punzantes, espirales, mágicas…

Ondas negras, nítidas, atractivas, bifurcadas, poliédricas, monótonas…

…Ondas… …Ondas…

-----Zedfank, Zedfank… ¿por qué extiendes los brazos ante el arpa? ¿es que quieres tal vez protegerla de un peligro, o, es que quieres proyectarte al infinito?

Tu voz, Zedfank, tu voz se hace Música al pasar por las cuerdas del Arpa… Tu voz, Zedfank, la que antes ha rebotado en las cuerdas de Tu garganta. Tu voz, Zedfank, la que vino rodando por tus nervios desde un remoto rincón de tu cerebro. Tu voz, Zedfank, la que vino de Más Allá de lo soñado y rebotó en las tensas, duras, innumerables fibras de tu carne. Tu voz , Zedfank, la Tuya, la que lanzas sobre el Arpa de tu cuerpo.

-----¿Por qué haces esa pregunta imposible, Zedfank? ¿por qué la haces precisamente Tú, oh Cantor de los Dioses?

“¡Zedfank, Zedfank, ¿¡quién eres Tú!?

“ ¿¡Desde dónde me hablas!?

-----Te preguntas a Ti Mismo, Zedfank, Te preguntas a Ti Mismo…

¿por qué , pues, no Te contestas?

“Te oigo, Zedfank; Yo Soy Zedfank.”

“Yo me hablo desde Ti Mismo;”

“Yo Te hablo desde todo el Universo.”

-----¡Canta, Zedfank! : ¡Tú Eres el Cantor y Eres el Arpa! ¡Tú Eres la Voz y Eres el Eco; eres la melodía y el temblor que la produce; y el éxtasis tembloroso que la escucha!

Tú, el que caminas, Tú, el mismo que acompaña tu caminar.

Te has formado …ondas…, Zedfank

Y Te deshaces en ondas…

…ondas…

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-----No, ellos no lo saben; ni siquiera lo sospechan. Ellos no pueden saber cuán grande es la Obra que están realizando. Tú has de saberlo por ellos.

Convierte su bestialidad en divinidad ; transmútalos en Ti. Con que conviertas en energía consciente una minúscula brizna de tu carne, Te sobrará fuerza para mover montañas.

Hay una ley de correspondencia cuya moneda es el dolor : Has de pagar en dolor propio la totalidad del efecto doloroso. Pues el placer y el dolor son la misma cosa referida a sujetos diametrales”.

Este es el antiguo método --la “ley de Amón-Ra”-- con el que nuestros sabios taumaturgos sanan moribundos y resucitan muertos. No importa revelar el secreto : que lo practique quien quiera y sea capaz. Sólo tiene que llevar sobre sí –según las líneas marcadas por la inteligencia y por UAZET—todo el dolor que le corresponde al enfermo. Sanar a alguien es robarle su energía consciente; matarle es administrarle una fuerte dosis de esa energía en el menor tiempo.

Los seres felices son incapaces de matar; y también son demasiado egoístas y ciegos para sanar a nadie. Te puedes mover entre seres felices tan cómodamente como en un bosque. Si quieres dejar inerme a tu víctima… hazla feliz. Cuanto más feliz sea … más fácil Te será derribarla.

Esto es así , y debe seguir siendo así. Porque el Arpa … el Arpa debe seguir sonando eternamente, y eternamente creando y reflejando su propia Música. La muerte es el silencio entre dos impulsos; más, ese mismo silencio está lleno de otras, otras innumerables ondas…

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¡Canta, Hermano! ¡Que todo tu ser dance el voluptuoso desperezo de la Música Universal! ¡Sacude el sueño de tus fibras; que nadie quede omitido dentro de Ti; que nadie se sustraiga a la Danza!

Vibran las notas azules, verdes, doradas, grises, rojas, violetas…

…Vibran… …Vibran…

Vibras todo Tú convertido en Música, confundido en la Música de los átomos…, imponiendo tu armonía a las sombras… creando; formando mundos y seres; transformándolos, sin otra lógica que la del Amor y el Deseo.

Tú lo sabes, Hermano: no hay muerte; sólo hay sueño… No hay otro abismo que el de la Inconsciencia; ella es el pantano del que Tú dolorosamente emerges. ¿Querrías otra vez volver oscuramente a caer en él?, y otra, y otra, y otra vez volver a comenzar?... Y, sin embargo, ese es el destino de todo lo que en un ser no consigue en sí mismo despertar. Las piedras siguen aún siendo piedras porque no han todavía despertado de su muy profundo sueño. ¿Sabes el largo , larguísimo camino que va desde el polvo al pensamiento? ¿sabes los dolores, las convulsiones, las angustias que esa materia ha de sufrir, antes de que pueda finalmente exclamar “¡YO SOY!”?

Haz que se extienda por todo tu cuerpo el infinito horror de saberse nuevamente destinado a convertirse en polvo.

Mira esa nevada amarilla, seca, árida, que se hunde en los poros del negro suelo, ¡ mírala cómo desaparece… desaparece… en la limpia negrura espinosa.

Enséñale luego que su única posibilidad de liberación está en Ti, y que podrá ser hecho el milagro por la consciencia, por el saberse, por el sentirse.

Ondas luminosas, perfumadas, sonoras, enervantes, deseables, sabias… Ondas plácidas, veloces, cristalinas, punzantes, espirales, mágicas… Ondas negras, nítidas, atractivas, bifurcadas, poliédricas, monótonas…

…¡Ondas!... …¡Ondas!...

No hay _materia_ en tu cuerpo: ¡Sólo hay ondas!... No hay _materia_ en el Espacio, sino ¡ondas!... No hay _Universo_: sólo … ONDAS… Duras, tensas, innumerables, gráciles, aferradas a las curvas rígidas… ¡¡ONDAS!!... No hay cuerdas en el Arpa: sólo ondas.

Ondas que danzan, que giran, que cambian de tonalidad, de dirección y sentido, de fuerza, de velocidad, de nombre… : ondas vivientes.

Pulsa las cuerdas graves de tu arpa; rómpelas, destrózalas, para que su alarido se engarfie en notas más agudas; siempre hacia arriba.

…¡Siempre hacia Arriba!...

¿Cómo puedes, pues, extrañarte de que ponga en Tus manos la VIDA y la MUERTE? No omitas, Hermano, no excluyas. Tu nacerás –estás naciendo ya—a la próxima Octava, al Universo inmediatamente superior. Dí a tus hermanos que cesen de canturrear esa aburrida melopea, esa monótona “marcha de los esclavos”, y entonad el Himno de Isis, el de la libertad y la fuerza. Clavad como un puñal de fuego la Música en el corazón del mundo; desgarrarlo; trituradlo; y haced con sus escombros una nube resplandeciente, de destellos verdes, lívidos, violetas, dorados… un aura brillante, sonoro, luminoso… Ese será vuestro mundo: el mundo de los Dioses.

¿Por qué tiemblas, Amigo, por qué tiemblas? No eres Tú, ya lo sé; sino el temblor de las cuerdas graves de tu Arpa. Bien… : pues que ellas aporten a la melodía su vibración temblorosa. ¿No ves, cómo también Yo –Zedfank- sonrío y tiemblo a la vez?

Yo amo la danza de los átomos, y la gloriosa exaltación de su eclosión nuclear… Si temiera a la muerte, si me aterraran los resplandores apocalípticos… ¿crees que podría ser cantor de los Dioses? Y …si no la temiera, si no me aterraran esos resplandores… ¿cómo podría tener corazón para cantar?...

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En el sutil tejido polícromo del aire, vagas formas se arrastran, se yerguen un instante en un esfuerzo trágico, y caen blandamente, con un sollozo de lágrimas azules, púrpura, pardas, sombrías… sobre la yerba negra. Pero de vez en cuando, alguna traslúcida mariposa alza el vuelo zigzagueante, indeciso, y penetra en el enjambre de burbujas encendidas…

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KIR Fénix

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