domingo, 11 de enero de 2009

BAJO EL SIGNO DE RENENET ( 20 )

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BAJO EL SIGNO DE RENENET


( 20 )

Distorsiones

La... Luna; asoma su; espejo blanco...
La Dama vestida de gasas; alza los brazos : de Sus dos manos se desprenden dos pájaros. Un gato los mira: —la Diosa BAST—; Diosa con cuerpo hermoso de Diosa y cabeza de GATO.
Su... suena el teléfono; la Diosa descruza las manos del pecho ante el cuenco del fuego. Ya no es la Diosa. Toma el teléfono. Oye. Dice. Oye. Responde. Oye y Sonríe y Responde y Dice y Despide. Cuelga el teléfono. La Dama vuelve hacia Su fuego; con una cucharilla echa más polvos, —el Fuego se crece agradecido, baila, danza, se contonea, se estira, se vuelve flor y montaña y pájaro y estatua y cabellera y circo lunar—, la Dama se
Concentra. Diosa por Su espíritu, descendiente de reyes por Su estirpe, italiana, española, Señora de la Luna, viajera de los dos hemisferios... vuelve fácilmente a insumirse en Su realidad divina.
Mitad bruma mitad mármol eleva Sus alados brazos hacia el Plenilunio. Los rasgos felinos de BAST reaparecen estilizados en Su rostro, perfecto como la nieve eterna de la Montaña Virgen. Desde un lugar inexistente, un gato también inexistente emite un dulce maullido, perfectamente audible.
Los muros se transforman, los cielos se abren, la Otra Realidad se muestra magnífica.
Un Sol de topacio flota en
una copa donde antes estuvieran el cuenco y el fuego.
Al frente la barca de Osiris se desliza plácida por un lago salida de una caverna. Delante a los pies del Dios, tendida sobre el suelo de la barca está la Dama.
El cielo se constela de aros entrelazados; infinita pedrería forma la arquitectura de un templo semiinvisible; Alguien viene lejanamente andando por el aire —es Él... Trae en la mano una estrella de diamante; Sonriente la entrega a la Dama.

Ella contempla entre Sus manos el gran poliedro, dura y arístida impalpable luz. Infinitos son sus planos interiores, inconmensurables sus lejanías, todas las auroras de los mundos danzan sus rosadas azules áureas verdes violetas tonalidades; un mar espumoso encrespa su índigo oleaje contra los acantilados; y arriba, roja como sangre y solitaria; la rosa, plantado su verde tallo en las arenas, que descienden ondeantes hacia el lado opuesto del mar.

Allá, lejano, en otra ciudad, en otro paisaje, al mismo tiempo o a otra hora, ...Él, mira la piedra de Su anillo. Y después, a Su izquierda, la rosa, erguida en su florero de alabastro.
El viento zumba mas allá de las paredes, caen gotas de lluvia, vuela invisible un gran pájaro blanco. Él reforma los cursos de Sus pensamientos, cromatizando algunos, oponiendo barreras a otros, transmutándolos en imágenes, haciéndolos sensibles al magnetismo asociativo de semejanza y contraste, desprendiéndolos por gris de sus órbitas inerciales si quería apartarlos o infundiéndoles energía—emoción si quería acercarlos; Él se invisibiliza a los pensamientos venidos de fuera que Le estén buscando, oponiéndoles de canto Su pantalla de contacto, o bien Se les muestra en su totalidad reflectora; cierra los canales telepáticos o los abre; acepta la mirada ola rechaza; refleja las imágenes como espejo, o modula las Suyas propias.
Él es... el Amado. El es... el Odiado.
En otros lugares otras personas piensan, calculan, aman u odian; y un incesante volar de imágenes cruza los rumbos del espacio. Él sabe que evocar es una sacudida sígnica en el otro extremo, allí donde una red de finísimas mallas recoge temblante los trozos lanzados de pensamientos, y el denso oleaje de la emoción. Él ve gentes destruírse en sus torres por lanzarse en cascotes de odio contra el enemigo; Él sabe de silenciosas batallas mortales, rabiosas, infraanimales, de guerras prolongadas durante años, en el Universo omniabarcante de los psiquismos

Allí donde Él tiene Su reino, por el Poder de Su Amor y de los Dioses.

En el Cosmos sin ley de los espíritus; el Universo anárquico de los deseos y los pensamientos; el Espacio apenas recién salido del Génesisde la Nada.
Allí es donde Él está conquistando Su reinado, por un Derecho Real incomprensible.
Primero envió a los Dioses : los Signos Supremos de la Realidad. Y los Dioses tomaron invisible posesión de todas las cosas.

Después suscitó la Belleza Imperativa; el Éxtasis que está más allá de todas las posibilidades actuales y futuras de la Materia. Y la Belleza comenzó la conquista del Abismo desde Arriba, alcanzando Su Resplandor a las mentes más excelsas.
Quiso después enviar al Amor que vive en la Armonía pero fracasó mil veces : la Armonía era rota invariablemente por estructuras inestables y agresivas.
Él se replegó, meditó en Su corazón las no—leyes del Abismo.
Y comprendió que antes habían de hacerse otras muchas cosas: Permitir que lo que ha de ser, sea, la primera de ellas.

Sonrió, —el Cosmos invisible se apaciguó un tanto— Lejanas mentes comenzaban a entrar en el sueño. Amó la noche porque limpia el espacio como la lluvia. Amó el trabajo porque obliga a la gente a acostarse temprano. Amó la muerte porque trae la esperanza de nuevas generaciones.

El Universo fluctuó palpitante, se enrolló como una larga hoja de fuego —...los seres duermen...—, cambiaron ostensiblemente los Signos de los Dioses. Y por el sueño llegaron los ensueños : los que no serían recordados a la mañana siguiente; ensueños sutiles emanados de la Gema que hacían su trabajo sin dejar rastro. Ensueños de profunda frustración que hacían envejecer prematuramente a quienes no se dejaban flotar hacia el Ideal. Ensueños revitalizantes para quienes ascendían dormidos hacia la Inocencia.

El Universo distorsionó todas sus coordenadas; cada célula miró cara a cara a su Destino, los átomos saltaron de sus órbitas, el Ayer regresó y el Mañana se hizo presente, las aguas de los ríos volvieron a sus fuentes, el alba comenzaba a media tarde, las flores cazaban insectos y las últimas palabras de los versos regresaron a sus poetas muertos, el todo fue por nada, estirpes de un millón de años se extinguían en un soltero, la piedra y el camino, el grano de arena en el reloj, las fábricas cerraban por falta de combustible, la madre muerta, pantallas de televisión a color en los cristales nórdicos de las ventanas, dolor en la nuca, la incesante labor de cienmil siglos erosionando las aristas de las garras jóvenes dentro del cerebro, fogonazos cósmicos, a la mañana siguiente volverían a evadirse pero a la noche siguiente volverían a caer y habría una noche da la que no despertaran, el Soplo Antiguo musitando las viejas leyendas, el agua de mar estancada en los tejidos, cada célula recordó su lejana historia, viaje sin regreso, la casa destruída, ...a dónde ir..., el camino era llano y amarillo, la pradera ascendía cuajada de espigas, antes de era la Luna, reflejos en el agua, sólo ésto, siempre aquí, sumisión absoluta a una Voluntad omnipresente, el alma a flor de piel, y luego también pero no lo mismo, cómo si pudiera lo tenía, cuando no pudo estuvo allí con, exactamente así de, no con los mismos resultados, acerca de otro término repetía la aquélla eres o nunca animado en una otro lazo imprevisiblemente tardío corresponde con nunca
sabía esa atroz tembloroso sudor y...

: ésto es lo que ocurre en el sueño, y sin el sueño no hay vida; ocho horas así.

La Dama terminó sus ritos y durmió plácidamente. En el sueño, Sentada en el Trono de la Muerte, cada noche cumple Su misión de dar la sonriente bienvenida a los que mueren.
A veces, puede si quiere con un gesto de Su mano ordenar a los Guardianes que regresen al invitado hacia la derecha.

...El Reino de los Cielos se está acercando...



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KIR Fénix

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