jueves, 20 de noviembre de 2008

BAJO EL SIGNO DE RENENET ( 5 )

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BAJO EL SIGNO DE RENENET



Anaranjado


Re1amiéndose los dedos los nenes chupan sus caramelos. En el Monte de la Miel. La dulcísima melopea lame las ondas almibaradas del armonium, ferocete como un perro pachón de azúcar. ...¡oh dulzuras espirituales!... Las señoritas gordas y castísimas de más de treinta y cuarenta años cantan loores que rezuman néctar. ¡...Qué gusto da todo...! Animáos, querubines, que todavía hay más galletas. Mira qué lindo, mira qué lindo. Sed buenos y sonrosaditos, que al Abuelito se le cae la baba. !Oh maravilla, qué Pastel! ...Venid y vamos todos con flores a porfía... —¡yo más, yo más!— Lirios y más lirios, azucenas y más azucenas, olor dulzón, oh qué empalago más rico, y venga incienso.

---Ay.

Resignación, hijos míos, resignación. Oremos por su alma.

---Ay. Qué bueno era. Qué vamos a hacerle.

(2ª versión)---¡¡¡aííííí!!!!!

Ni rojo ni amarillo; intermedio; cremoso; incomprometido; ni fú, ni fá. (Pero muy dulce). ¿Quién se ofrece voluntario como Arquetipo?

---Yo Mismo : SHOU.
---¡¡¡¿Tú?!!!
---Digo, Yo, ¿qué pasa?

Creímos que era NET, —La del Dolor con Teleobjetivo—, pero bien mirado, Le falta una manga.
SHOU en cambió tiene paño para todo. El Destino. Désele una túnica naranja.

Dénsele también caramelos baratos a precios abusivos de mercado negro; y estampitas y cromos y postales con sonrisas de los tipos 3, 5, 8, 11 y 18; tempestades, inundaciones y sequías, relojes rápidos y lentos, rayos y toda clase de meteoros, cromosomas, tensiones y contratensiones, una buena ruleta loca sin números ni colores, y el ancho mundo.

---¿Tienes bastante oh Amado SHOU?
---Si.
Pues entonces confusión y caos, porque la hormiga arrastra tenazmente su grano de trigo las lavanderas hilan en las ruecas de los molinos, y unámonos todos que la unión hace la bomba, que antes de amanecer es por la tarde —menos en avión—, como decían los primeros padres del pensamiento en las asambleas de analfabetos, primum vívere, luego fue después y ya era tarde, nunca tánto desde luego como en el renunciamiento, que es lo último, aunque no pensábamos dirigirnos al norte ni derivar de ensalada en ensalada hasta tánto la invención del hierro pusiera coto a los desmanes del cobre -bronceado o no— y reaparecieran las constantes cibernéticas que hacen permanente cualquier institución parlamentaria del orden de los pueblos del mar aptos para el abordaje y la comisión de delitos comunes de la peor especie, matrimonio incluído, o en su defecto la programación razonada de más a menos pasando por el cero que es redondo, y no cuadrado
—(comienzo de la discusión)— pero inservible a todas luces para connotar las evidencias sensoriales de orden práctico —base del desarrollo de los individuos, los pueblos y las culturas—, obteniéndose así por pura síntesis el paralelismo correspondiente y sincero entre un más allá anhelado por toda la humanidad libre de lacras e impudencias y un más acá obvio y materialmente atestado de conjunciones, propias e impropias, e incluso ajenas al devenir de las ciencias en el actual estado de los conocimientos, que aparecen y reaparecen sin cesar, distorsionándose, y dando paso a una más honda comprensión de los problemas creados en concomitancias con unos factores aun no bien definidos que coadyuvan a la formación de síndromes largamente observados en los pacientes que cuentan en su historial con largas series de asesinatos bajo trastorno mental transitorio y subsiguiente suicidio de sus víctimas, incapaces de soportar las amarguras de la decepción y el abandono, y esas débiles criaturitas que sollozan toda la noche sin una chupa que llevarse a los labios, que claman en sus inocentes corazones por un mundo mejor con más azúcar, y la esperanza incierta de un mañana tal vez aciago y perdido en la nebulosa espiral de Andrómeda —(literatura de evasión)- abyecto y pecaminoso, o ambas cosas que también puede ser, porque nunca se sabe, que la muerte la tenemos detrás de la oreja y hay una sequedad en el ambiente propicia a los incendios espontáneos de los combustibles, con lo escasos que están, mas por eso mismo es preciso salvaguardar la inocencia de toda contaminación y que nadie sepa más de lo que deba saber —el santo redil— que será lo estipulado por las sanas costumbres de la tradición más acendrada, a saber, el derecho romano y el seguro de vida, y toda suerte de contratos ya que no hay que fiarse de lo que no esté por escrito, ni de más allá del segundo grado del parentesco de sangre, que vaya usted a saber lo que hay más lejos, que si fuéramos a contar no acabaríamos, y el enemigo ronda cual león rugiente —vade retro-, porque una vez había un niño que hizo un pecado mortal y se fue al infierno, y por la noche se le apareció a su madre —¡...ay...!— y va y le dice que no que no que ya no hay nada que hacer, y la madre, imaginarse, como una loca, y no hablaremos de otras cosas porque está prohibido hasta el pensarlas, así que a tomarse la chupita, y a dormirse bien dormiditos que viene el coco, y respecto a SHOU

Infinitas y ancestrales fueron las barbaridades antiguas; desde que los monos descendieron de los árboles e incluso antes; no hubo otro remedio pues en verdad provenimos del limo de la tierra; y acaso de más hondo ciertamente; unos se quedaron peces, otros se quedaron árboles, otros se quedaron caracoles de casa espiral como la de Andrómeda y cuernos retráctiles; otros se hicieron mamíferos —en fin lo de la Evolución—; y SHOU tuvo que estar siempre presente, ojo avizor y disponiéndolo todo; una tarea inmensa; luego pasaron más cosas, de las que tenemos noticias por la Historia y otros medios de difusión —los bárbaros del norte, los del sur, los del este, los del oeste, los de todas partes—; y SHOU alerta y fijo como un clavo; SHOU es desde luego absolutamente responsable de hasta que las hojas de los libros se apolillen : —de TODO—; es responsable pero no responde porque Está demasiado Alto; tan Alto como si no estuviera; no es Bueno ni es Malo, sino que hace lo que Tiene Que Hacer; SHOU es una Función Arquetípica, Personal y Abstracta, Concretizada en cada evento; para SHOU placer y dolor son un único instrumento con dos caras, ni placentero ni doloroso en sí sino eficiente; valioso y precioso para la consecución de Algo que no es un algo definible y accesible a la comprensión de quienes afecta, pero que puede expresarse por un Símbolo —la Armonía—, representarse por un doble atributo
—el Izador y el Látigo—, e intuírse directamente por el propio Yo.

Cualquier explicación es degradante, cualquier doctrina desvirtúa la realidad que enuncia, cualquier sabiduría se falsifica en él momento de su transmisión. Sólo los Símbolos por sus mitos relacionantes pueden servirnos de guía y ayuda hacia la Armonía. Como es un mito que dos más dos sumen cuatro —y Mito el concepto mismo de Número— y sin embargo sirve, los Dioses—Símbolos sirven a los fines para que fueron Supercreados.

La luz de la linterna alumbra el camino permitiendo avanzar al caminante —que es quien
lleva en su mano la linterna— : en esta noche cerrada del alma y de la mente Nosotros proyectamos a los Dioses sobre las confusas formas del Caos que Nos rodea -por todas partes :
Y en ningún momento se debe olvidar que la linterna donde está es en Nuestra mano.

--Confiamos en Tí, SHOU, con toda Nuestra FE : obliga a Nuestros ojos a abrirse para Verte —Tú Que No Eres ni Rojo ni Dorado—, y ábrenos Camino entre las Sombras.

Hacia donde Tú Te Muestres Nosotros marcharemos.



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KIR Fénix

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